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Global Innovation Index 2018: ¿En que estamos fallando?

He analizado el Global Innovation Index durante los últimos 5 años. Por quinto año consecutivo seguimos primeros en Latinoamérica, pero con malos indicadores. Este año obtuvimos el lugar 47°, en 2017 el 46° y el anterior 44°. Seguimos igual, resultado a todas luces mediocre. Si éste se diera en el ranking FIFA, donde Chile hoy está 9°, estaríamos bajo la selección de la RD del Congo.

Nuestras principales debilidades: capital humano (44° ranking PISA), inversión en I+D (0,4% del PIB), número de investigadores por millón de habitantes (500) y en los ‘output’ de Innovación (lo que produce la inversión). Sólo el 1% de nuestras exportaciones son de alta tecnología. No tiene sentido alegrarnos por ser número 1° en Latinoamérica. Como región, sólo superamos al centro-sur de Asia y al África subsahariana (las regiones más pobres del planeta). Dado nuestro nivel de ingreso per cápita podríamos estar a la par con países como Bulgaria, Hungría y Malasia, que nos sacan entre 10 y 15 puestos de ventaja en el ranking.

Chile está fallando en generar las condiciones para provocar innovación y sus resultados. No hemos sido capaces de tomar decisiones de largo plazo. Por ejemplo, invertir más y mejor en educación básica y media. Es inaceptable que un porcentaje significativo de la población no comprenda matemáticas o lo que lee. Considerando que hoy competimos globalmente, es una desventaja enorme. Tampoco ponemos suficiente foco en transformar la inversión en innovación en resultados reales y concretos. Muy pocas empresas miden el impacto de su inversión en innovación, lo que hace muy difíciles inversiones futuras en proyectos con un mayor grado de novedad e impacto.

¿Por qué es relevante el análisis del GII? Muestra una correlación entre nivel de innovación de un país con su PIB per cápita. Significa producción y exportación de productos y servicios de mayor valor. Por tanto, más disponibilidad de recursos para invertir en capacidades que permiten generar más y mejores innovaciones. Una bola de nieve imparable de generación de riqueza. Un buen ejemplo: Finlandia y Corea del Sur. Hace 50 años sólo producían commodities pero gracias a políticas públicas correctas y alta inversión en educación, hoy son parte de las naciones con mayor bienestar del mundo.

Hemos sido capaces de aprovechar los recursos naturales que tenemos, esto no es suficiente para dar el siguiente paso. La innovación es el único camino para que Chile alcance el desarrollo. La ventaja respecto del fútbol es que muchos más que once jugadores podemos aportar. Si te toca ser director de empresa, exige que ésta invierta más en innovación e I+D como parte de su estrategia de crecimiento. Si te toca liderar una empresa, fomenta la vinculación con centros de I+D para el desarrollo de soluciones y mide el impacto económico que tiene la innovación en el negocio. No seamos simples espectadores de cómo se juega este partido. Dejar de jugar como la RD del Congo en innovación es responsabilidad y tarea de todos.

Originalmente publicada en el Diario Financiero, el viernes 13 de julio de 2018